Emprender con propósito: entrevista a Laura Comepasto

 

Rara vez se le da voz a las mujeres emprendedoras para que cuenten un poco sobre su historia, conocimientos y pasiones. Esa es la razón por la cual decidí empezar esta sección de mujeres que emprenden con propósito. Hoy es mi turno: le pedí a mis seguidoras de instagram que me dejaran sus preguntas y, después de mucha reflexión y escritura, he dado con las respuestas.


¿Cómo encontraste tu vocación?

Yo realmente no creo que haya “encontrado” mi vocación, más bien fue Dios quien me dio el camino y esta es solo una de las paradas que he hecho en él. La vida es maravillosa porque nunca sabemos lo que va a pasar y, por eso, jamás me imaginé que fuese a terminar metida en el gremio de la cosmética natural. Si tenemos en cuenta que crecí en una época en la que no existía una obsesión colectiva por la apariencia personal, es fácil entender que no fui una niña demasiado vanidosa y hasta entrada en los 20 no me interesé demasiado por el cuidado de la piel. Pero si crees en Dios, eres consciente de que Él te guía y te lleva al lugar exacto donde debes estar. Si no crees en Dios, tampoco puedes negar el hecho de que, si miras en retrospectiva tu vida -como dice María Gainza - te das cuenta de que todo pasó justamente como debía pasar. Si sientes un llamado en tu corazón que te impulsa a hacer algo, hazlo, pues de otra forma nunca sabrás a dónde te podría llevar.

¿Crees que tus diversos estudios han ayudado a todo lo que hoy eres?

Definitivamente sí, pero no es una mera cuestión de acumular títulos. La mayoría de personas con un alto grado de escolaridad no saben cómo encontrar su vocación o sacar adelante sus proyectos, además de ser recelosas a compartir sus conocimientos con alguien más. La verdadera muestra de inteligencia no reside en la acumulación de títulos académicos, sino que está en el hecho de ser capaces de conseguir lo que queremos en la vida. Por eso, prefiero ver la educación como algo libre, guiado por el interés personal, aplicable a la vida cotidiana y, sobre todo, transmisible. Cuando eres profesional universitario, se nota. Cuando has aprendido a buscar el conocimiento por tu cuenta, se nota más: pensemos en Estanislao Zuleta o Gabriel García Márquez, personajes que, sin carreras universitarias consolidadas, marcaron la historia de Colombia. He estudiado toda mi vida y, si Dios quiere, continuaré haciéndolo hasta el día que mi alma abandone este mundo.

Pero claro, hay una pregunta esencial: ¿qué debo estudiar?. Mi consejo es: si vas a empezar con un nuevo proyecto, concéntrate en adquirir habilidades que estimulen y mejoren las ideas que ya tienes. Por ejemplo: si quieres abrir una tienda online de figuras en crochet, no te enfoques meramente en ser buena haciendo crochet. Tu talento no es tan importante, ya que otras personas también lo pueden tener. Edúcate también en tendencias del sector, fotografía, marketing digital, expresión oral y escrita, etc. Vuélvete en una experta en lo que haces, porque el talento solo es importante cuando lo combinas con las habilidades necesarias para materializar tus ambiciones.

La mayoría de las personas no es consciente del portal tan poderoso que tenemos hoy a nuestra disposición: el internet. El problema de tener acceso a más información de la que podría tener cualquier persona en otro momento de la historia es que no somos conscientes de ello. El internet no es una mera herramienta para ver videos entretenidos o enterarte de chismes irrelevantes. Es, también, una puerta al conocimiento ilimitado. Aprende a usarlo a tu favor.

Cuando ya tengas un panorama más claro e ideas más aterrizadas a la realidad, puedes enfocarte en aprender otras cosas que te apasionan pero que, en el momento, no parecen estar tan vinculadas con tus proyectos personales. La vida misma te enseñará que, en últimas, todo está conectado.



Estudiar es una cuestión fundamental a la hora de emprender y es la clave para que nunca te falten ideas que puedes aplicar en tu negocio. Cuando lees y estudias, se renuevan tus pensamientos, pero cuando no lo haces, tus pensamientos serán los mismos día tras día y no lo digo yo, es un hecho demostrado por la neurociencia. 

¿Cómo fue que pasaste de la filosofía al estudio de la cosmética?

Esta pregunta está muy relacionada con la respuesta anterior. Nunca pensé en dedicarme a la academia pues, cabe aclarar que la filosofía es una herramienta, no una profesión. Cuando estudias filosofía, estudias historia de la filosofía y aprendes algunas herramientas del lenguaje para ser profesor, escritor, periodista, etc. No un filósofo, sino más bien un comunicador, porque tradicionalmente no existe una profesión llamada “filósofo”. Pero algo que sí se aprende, incluso desde que estudiamos filosofía en el colegio, es que la actitud filosófica por excelencia es la tendencia y el amor a buscar el conocimiento. De ahí mi interés en aprender tantas cosas.

¿Por qué comenzaste a interesarte en crear productos veganos y sin ingredientes tóxicos?

Por mi hija. Estaba alarmada con la gran cantidad de ingredientes desconocidos que usaba en su rutina de aseo personal y me puse a investigar más porque supe que eso debía cambiar. Si quieres conocer la historia completa, haz click aquí.

¿Al iniciar hiciste todo 100% sola?

No, nunca he hecho todo sola. Al comienzo tuve -y sigo teniendo- el apoyo de mi madre, que es química especializada en jabonería natural. Hoy somos un equipo de trabajo que es esencial para el correcto funcionamiento de la empresa. Hay muchas personas a las que les cuesta delegar algunos aspectos de su trabajo e ignoran el hecho de que si su tiempo está consumido por labores operativas, no habrá energía física ni mental para dirigir bien el negocio. 

Recuerdo un día en el que pedí comida a domicilio y la chica que me lo llevó era la misma que preparaba la comida, contestaba mensajes, recibía los pedidos y los entregaba. Al momento de pagarle, no quería cobrarme el domicilio. Yo me indigné un poco y le dije que no era justo hacer los domicilios gratis y que realmente quería que recibiera el dinero completo. Tiempo después esta chica tenía una marca posicionada y un restaurante muy bonito. Entre uno y otro momento no sólo hubo un cambio en las condiciones materiales, sino también un cambio de mentalidad. Si esta chica se hubiese dedicado a hacer todo por ella misma, nunca habría tenido la oportunidad de abrir su lindo restaurante. 


En cierto punto, sea tarde o temprano, debemos confiar en otros la ejecución de ciertas funciones. La importancia de delegar la aprendí hace muchos años mientras veía un documental sobre los hombres más ricos de Alemania. Ninguno de ellos está estresado o sobrecargado de labores, pues necesitan claridad mental para dirigir sus empresas.

¿Te has querido rendir en algún punto? Si es el caso, ¿cómo manejaste la situación?

Me he querido rendir muchas veces, pero la frustración es un sentimiento que me tiene sin cuidado, ya que aparece cuando no somos capaces de lograr algo. Esta incapacidad se debe, por lo general, a una falta de aptitud, cosa que se puede corregir con facilidad si adquirimos mayores y mejores capacidades. Por ejemplo: si estamos frustradas porque no hay buenas ventas en nuestro negocio y queremos rendirnos, la solución no es dejar todo abandonado y jamás volver a emprender. Eso, más que una solución, es autosabotaje. En estos casos es cuestión de adquirir más habilidades y conocimientos en las ventas o buscar otras alternativas a la situación actual. 

¿Te imaginas que de bebés nos hubiésemos rendido porque aprender a caminar no era fácil? Biológicamente estamos diseñados para tolerar el fracaso y adaptarnos, pero la sociedad actual nos enseña que si algo cuesta es porque no vale la pena hacerlo. Así como hemos aprendido a normalizar tantas cosas, debemos aprender a normalizar el fracaso. Es difícil, claro y más porque las redes sociales muestran un montón de personas exitosas, pero recuerda que casi todo lo que ves en estas plataformas es falso. Créeme, yo llevo 11 años trabajando en redes sociales. 

Nunca olvides las palabras de Platón:

La dificultad es tan beneficiosa para el alma como indeseada para nuestra vida. El ocio es tan dañino para el alma como deseado para nuestra vida.

Y las de Truman Capote:

Mi vida, al menos como artista, puede proyectarse exactamente igual que la gráfica de la temperatura: las altas y bajas, los ciclos claramente definidos.

El fracaso es parte de la naturaleza humana.

¿Cuál ha sido tu mayor desafío como emprendedora de productos naturales?

En mi trabajo hay dos grandes desafíos: el primero es la permanente actualización en el sector cosmético. Todas las industrias cambian con mucha frecuencia, especialmente la industria del cuidado de la piel. El bombardeo de información para creadores y consumidores es impresionante y abrir paso entre tanto caos es una labor que requiere de mucho sentido crítico. Darme a la tarea de desmentir tanta información falsa es complicadísimo y más si se tiene en cuenta que el gasto en publicidad de grandes marcas del cuidado de la piel puede llegar a superar el producto interno bruto de muchos países. Esta publicidad se hace con el fin exclusivo de lavar el cerebro de los consumidores. Siempre lo he dicho: a la industria no le interesa que tengas una piel sana, pues entre más daño le hagas a tu piel, más productos podrá venderte para “reparar ese daño” que estos mismos productos te están causando. Hacerle entender esto a mis clientas es una tarea compleja, pero que nunca dejaré de hacer.

El segundo desafío tiene que ver con los pequeños creadores de cosmética natural. Para nadie es un secreto que, a raíz de la pandemia, nacieron cientos de marcas colombianas del cuidado de la piel. He conocido el caso de algunas creadoras que lanzaron su marca después de educarse a través de un podcast. Sin hacer un curso, sin leer un libro -o al menos un estudio-, sin conocer sobre la fisiología de la piel. Sé que hay muchos podcastinformativos e interesantes, pero nuestro conocimiento como creadoras de cosmética no se puede reducir meramente a ser oyentes de uno de ellos. Eso no te va a dar ni las herramientas ni la capacidad de crear una marca estable, confiable y duradera de cosmética natural. Al comienzo parece que sí, pues en apariencia solo es cuestión de aprender a mezclar un par de ingredientes y listo. Pero el trabajo que hay detrás de una buena marca de cosmética natural es gigante, sobre todo a la hora de investigar y generar nuevas ideas. Muchas creadoras simplemente se saltan esta parte y deciden copiar las mías, cosa que realmente no me molesta, pero que sí se vuelve un problema complejo porque no tienen las herramientas ni la capacidad de ofrecer productos de buena calidad. Productos que otras personas van a comprar y de los que se van a llevar una mala experiencia. En últimas solo se logra que más personas digan “lo natural no funciona” o “lo natural no es bueno”.

¿Cómo fue tomar ese primer paso?

Yo soy una persona de riesgos. Si algo se me mete en la cabeza y veo que es factible hacerlo, lo hago sin pensarlo demasiado. El problema de muchas personas es que sobrepiensan en sus proyectos, piden mil consejos y en últimas deciden no hacer nada. Si miramos desde una perspectiva, vivir no es recomendable porque en últimas nos vamos a morir, pero desde otra perspectiva es el hecho de la finitud de la vida lo que hace que sea interesante vivirla. Por eso es necesario darle el enfoque correcta nuestros proyectos, dejar de pedir tantos consejos y crear varios planes para ejecutarlos.

¿Cómo mantienes la motivación?

Entendiendo que la “motivación” es una trampa y que no hay que esperar a sentir motivación para hacer algo, porque nada que hagas motivada va a ser sostenible en el tiempo. Imagínate necesitar de la motivación para hacer tareas pequeñas: seguro te quedarías en la cama, sin levantarte a comer, con toda la casa hecha un desastre. ¿Y sabes por qué? Porque la motivación es fugaz. La mayoría de personas nos levantamos todas las mañanas, estemos dispuestas o no, a cumplir con labores que seguramente no siempre queremos cumplir. De eso también se tratan los negocios. Por eso es necesario forjar la disciplina en todos los aspectos de la vida: religiosa, deportiva, laboral, etc.

La disciplina es superior a la motivación porque te recuerda el porqué de lo que haces, sin importar tu disposición a hacerlo. Para mí es el aliciente de saber que estoy aportando algo positivo a la sociedadgenerempleos, mejoro el bienestar animal y ayudo a otras mujeres a sentirse más seguras de sí mismas. Esta es una forma de agradecerle a Dios por la maravillosa vida que me ha dado.

En vez de esperar a sentirte motivada, te propongo que trabajes en cultivar hábitos que, con el tiempo, comenzarás a hacer de forma automática. Yo, por ejemplo, soy musulmana y los musulmanes debemos rezar 5 veces al día. Es nuestra obligación religiosa fundamental. Al comienzo fue un poco difícil para mí pasar de rezar 1 vez cada 5 años a rezar 5 veces en 1 día y más porque la primera oración debe hacerse antes del amanecer, así que muchas veces lucho contra mi falta de motivación para salir de la cama cuando todavía está oscuro para lavar mi cuerpo y rezar. A pesar de todo, poco a poco he forjado el hábito de levantarme para el fajr, la oración del amanecer, porque mi cerebro ya sabe que si salgo de la cama y me lavo, es hora de rezar. También sabe que si rezo en la madrugada, es hora de empezar el día: finalizar pendientes, estudiar o despachar a mi hija que debe irse al colegio. Aunque quedarme en la cama me causa más placer inmediato, la energía que tengo después de realizar grandes labores temprano en la mañana es inconmensurable. La misma que sienten las personas cuando se levantan a las 4 am para irse a entrenar. ¿Es agradable? No inmediatamente.

Así mismo funciona la motivación a la hora de emprender. Debes hacer muchos sacrificios: al comienzo se trata de trabajar más horas al día, encontrar el sistema correcto, fracasar mil veces, dejar de frecuentar a tus amigos o no salir todos los fines de semana, pero a largo plazo valdrá la pena cuando hagas tu propio dinero y manejes tu tiempo como te plazca.

¿Cómo has crecido tú y la empresa con los años? ¿Cuál es la lección más grande que te ha dejado?

No puedo negar que he crecido de una forma que, en el pasado, me hubiese parecido inimaginable. Liderar una empresa -o cualquier proyecto personal- requiere de una autodisciplina que no todo el mundo cultiva, porque no, nadie nace siendo disciplinado. Tener un negocio propio obliga, además, a cuidar la salud mental. El doctor Alexis Carlyle, premio Nobel de medicina, afirmó una vez que los trabajadores que no saben manejar el estrés mueren de forma prematura. El estrés es una respuesta fisiológica que puede estar ligada a emociones destructivas: hay personas estresadas que se sienten ansiosas y comen en exceso, otras que se deprimen, otras más que se quitan la vida. Uno de los aprendizajes más grandes que he tenido como emprendedora y empresaria ha sido precisamente el manejo de mis emociones. Nadie puede gestionar correctamente sus asuntos si no tiene una buena salud mental. No perfecta, pero al menos estable. A la par de que he crecido como persona, mejorado mi carácter y la forma de asumir mis responsabilidades, la empresa ha crecido. Es un dar-dar. Pasamos de tener 0 tiendas a 3. Pasamos de tener 3 productos a más de 40. Pero ningún crecimiento material sería sostenible a largo plazo si no hay un crecimiento personal.

¿Qué consejo le darías a las personas que están pensando en emprender?

Esta es una pregunta que recibo casi a diario y mi consejo es que no pidas consejo. Pedir consejo es retrasar tu éxito. Cuando pides consejo realmente estás buscando validación. Edúcate muchísimo, porque pedir consejo es fácil, pero lo realmente difícil es aplicar a tu vida lo que aprendes para llegar a donde quieres estar. Además, seamos realistas: el 99% de la gente NO aplica los consejos que pide, por eso es importante enfocarse en la educación y, con base en lo aprendido, crear un estilo de vida propio. Hay una blogger musulmana que me encanta leer llamada Saufiyah Ali y en uno de sus posts habla al respecto:

Si tú no tienes una rutina, la sociedad te va a asignar una.

Si tú no tienes un trabajo, la sociedad te va a asignar uno.

Si tú no tienes un objetivo, la sociedad te va a asignar uno.

Si tú no tienes un propósito, la sociedad te va a asignar uno.

Si tú no tienes una visión, la sociedad te va a asignar una.

Cuando te sometes a este ejercicio de aprendizaje y reflexión, vas a poder entender mejor cuál es tu misión en este mundo. ¿Para qué eres buena? ¿Qué puedes aportar a la sociedad? ¿Qué estas dispuesta a hacer y qué no para ganar dinero? Emprender es un profundo acto de autoconocimiento.

Gracias por leerme una vez más, espero que esta entrevista sea de tu utilidad y te inspire a seguir tus sueños. Yo confío en ti. 

¿Quieres conocer más sobre mi proyecto de cosmética natural? Aquí te dejo mis redes sociales: 

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