Limpiador de superficies para el hogar (natural y zero waste)



Cada vez es mayor la cantidad de productos para limpiar el hogar que salen al mercado. Cada uno, a su vez, promete ser especial y de uso exclusivo "para el piso", otro "para el sanitario", otro más "para las paredes", "para la estufa" y un largo etcétera. Cada etiqueta promete eliminar el 99,9% de las bacterias, arrastrar la grasa y el mugre. ¿Pero de verdad necesitamos tantos tarros con compuestos extraños para limpiar 4 paredes, 1 piso, 1 baño y 1 cocina? ¡Nuestros hogares parecen más un hospital que el lugar que nos sirve de refugio emocional y de abrigo contra el frío! 
 
Y sí... es cierto que debemos celebrar y estar agradecidos por los grandes avances logrados en el siglo XXI sobre la asepsia y la salud pública. Pero exagerar al punto de tener todo un batallón de productos de aseo no es necesario e incluso puede traer graves consecuencias para la salud:

¿Quién no ha visto a algún miembro de la familia ahogado con una cantidad desorbitante de hipoclorito de sodio (a.k.a. cloro) mientras lava el baño? Tal vez esa persona (o tú mismo) no sabe que la simple inhalación de los vapores que emana el cloro pueden causar intoxicación, daños en la mucosa de los ojos o lesiones en las vías respiratorias. Y seguro nadie quiere terminar de urgencia en el hospital por un descuido así. 

Nuestra piel también es otro órgano afectado por esta invasión (alienígena) de productos de limpieza. ¿Quién, de nuevo, no ha sufrido dermatitis o irritaciones por limpiar usando X producto sin guantes? ¡Estas irritaciones, incluso, pueden provocar erupciones acneiformes! (es decir, brotes que parecen granos, pero que en realidad aparecen por alergia a fragancias y colorantes artificiales). 

Otros que resultan muy afectados son los más pequeños, que desde el vientre están en contacto con tóxicos que llegan por medio del cordón umbilical. Al nacer, el contacto con estas sustancias sigue siendo directo y puede causar desde diversos tipos de dermatitis, alergias respiratorias, problemas endocrinos, de crecimiento e hiperactividad. 

Lo bueno de todo el asunto es que la solución es muy sencilla: la próxima vez que vayas a hacer mercado procura comprar menos tarros, detente a leer etiquetas y opta por hacerlos tú mismo para que estés seguro de su composición y de paso ahorres dinero. 

En la entrada de hoy, como lo indica su título, vamos a hacer un limpiador para desinfectar y dejar todas las superficies brillantes. Los ingredientes seguro los tienes en casa o puedes conseguirlos fácilmente en cualquier supermercado o tienda naturista. 

Ingredientes:

-1 envase vacío tipo spray (re-utiliza un pote vacío de limpia vidrios o quita grasa que tengas en casa)
-150 ml de vinagre blanco
-50 ml de agua
-50 ml de jugo de limón
-10 gotas de aceite esencial de árbol de té 
-10 gotas de aceite esencial de romero (si no tienes aceites esenciales puedes agregar la planta fresca o seca directamente en el envase). 
-OPCIONAL: 5 cucharadas de jabón en barra rayado para que el limpiador haga espuma y elimine la grasa.

Procedimiento:

Esta preparación es muy sencilla y la receta puede ser modificada según lo que tengamos a la mano. Todos los ingredientes (menos el agua) tienen efecto antibacteriano, arrastran la suciedad y no dejan residuos peligrosos para la salud. Primero mezclamos la parte acuosa: vinagre, agua y jugo de limón. Revolvemos bien y luego añadimos los aceites esenciales o las plantas y el jabón rayado. Por último, sólo hay que tapar muy bien la preparación y esperar 3 días antes de usarlo para que todo se mezcle muy bien y el limpiador sea más potente.

Con esta receta podemos limpiar cualquier superficie (menos la madera, para ella estamos preparando una entrada especial sobre los cuidados que debemos tener): el piso, el baño, la cocina, la estufa, las paredes, las ventanas, los platos... Puedes aplicarlo directamente y proceder a estregar con una esponja o cepillo o diluirlo con agua en partes iguales (mitad del limpiador y mitad de agua). Recuerda agitar el envase antes de usar para que la mezcla se incorpore y, si usaste jabón rayado, haga espuma que ayude a limpiar. 

¿Qué tal? ¡Más sencillo, económico y ecológico, imposible! (jeje).

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