Haz tus propios abonos verdes
Por: Juan, fundador Familia Comepasto.
Estos días en casa han sido de gran provecho en la relación que tenemos con las plantas. Como buenos amantes de los jardines y huertos, necesitamos gastar dinero en artículos para cuidarlos. El abono, por ejemplo, compone los nutrientes que las plantas necesitan para crecer y se puede conseguir en grano, líquido, tierra o ¡a través de otras plantas!, como el caso de los abonos verdes, una excelente alternativa si no queremos gastar mucho ni hacerle daño a la tierra con productos sintéticos.
Todos hemos germinado una semilla de fríjol para obtener la enredadera. Pues hoy hay que hacerlo de nuevo.
- Agarra tus semillas de fríjol, arveja o lenteja y ponlas a germinar. Al ser plantas de rápido crecimiento el porcentaje de éxito con la operación es casi del 100%, así que no te asustes si no tienes mucha experiencia en estos temas.
- Una vez nace la plántula vamos a sembrarla en una matera con buen espacio o directamente en el suelo. El fríjol, por ejemplo, se asocia muy bien con plantas como la albahaca, la acelga, el maíz, el apio, el pepino o el rábano.
- Cuando la planta empiece a crecer debes clavar a un lado un palo largo como tutor para que pueda desarrollarse sin problemas.
- Pasados unos 2 o 3 meses la planta florará y es en este momento cuando la podremos usar para abonar la tierra.
- Por cada metro cuadrado de tierra vas a necesitar 20 g de hojas, tallos y raíces de fríjol. Picas muy bien todo el material vegetal y lo esparces sobre la tierra que deseas fertilizar. El proceso de los abonos verdes requiere presencia de aire, no los entierres.
Los abonos verdes no sólo aportan nutrientes a la tierra sino que:
- La airean
- Permiten trabajarla con facilidad
- Evitan la erosión hídrica
- Ayudan a fijar nitrógeno en el suelo
- Evitan el crecimiento de "malas hierbas" en el huerto
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