Guía para empezar tu huerta en casa

Empezar un huerto en casa puede ser el primer paso para un estilo de vida más sostenible, sano, responsable, ecológico y pausado. Además de obtener alimentos orgánicos a excelentes precios y reducir el estrés, te va a permitir conectar con ciclos naturales y además darle un aire nuevo a tu casa. 


En los últimos meses se ha puesto de moda, y no podemos culpar a nadie, los beneficios son muchos y se notan al poco tiempo. Un error común es dejarnos llevar por las huertas que vemos en redes sociales, de balcones llenos de vegetación y patios que parecen un mercado agroecológico, ¡no te apures! Te aseguramos que es más fácil ir lento, no intentar abarcar tanto a la primera, mientras le coges el ritmo y aprendes de las necesidades de cada planta. Después podrás ir añadiendo más variedades.

 


Es importante que tengas en cuenta que, si bien tener una huerta no es complicado, ni por la necesidad de mucha información, ni por el espacio o lo materiales requeridos, cada planta tiene sus necesidades específicas y es importante que te informes un poco sobre su ciclo de vida antes de plantarla. La estructura que utilices también debe cumplir con ciertos requisitos para que tu cultivo prospere. 

Aquí te contamos más:


  • Busca un sitio en tu casa con la luz adecuada. Tal vez te resulte obvio, pero la luz es, sin duda, el factor más importante para que tus plantas crezcan bien. Para la mayoría de cultivos la regla es “cuanta más luz mejor”, pero igual te recomendamos que busques las necesidades específicas de cada planta. Recuerda poner el huerto de cara al sur y de poner las plantas más altas en la parte de atrás para que no le quiten luz a las más pequeñas.


  • Asegúrate de nutrir la tierra. La clave para una planta sana es una tierra sana. Busca un sustrato rico en nutrientes y que retenga bien el agua. No aprietes mucho la tierra, para que el agua pueda drenarse con facilidad. También puedes hacer abono natural casero, con residuos orgánicos de plantas, verduras o cáscaras de huevo. 


  • Comienza con cultivos que sean fáciles de mantener. Y también piensa en cuáles cosas te hace ilusión cosechar, o si no no tendría mucho sentido y terminarías derrochando comida. Algunos de los cultivos más fáciles son: rábanos, albahaca, espinaca, calabacín, tomate tipo cherry, romero, perejil, orégano, cebollín y fresas.


  • Planea lo que vas a cultivar según el clima que haga en el sitio donde vives y también según el espacio que tengas disponible en la huerta. Existen calendarios que proponen, con base en los movimientos celestes y ciertas condiciones ambientales, actividades diarias en la huerta y son una guía excelente cuando no sabemos qué hacer, por dónde empezar, cuándo abonar, cuándo podar, etc. Puedes conocer el Lunario del Sembrador haciendo click aquí.

     


  • Riega constantemente pero de a pocas cantidades. Uno de los mayores errores, con las huertas y las plantas en general, es que se suelen regar mucho, hasta el punto de inundar la tierra en la que están y ahogarlas. Es importante que tengas en cuenta que como las raíces no pueden aumentar su profundidad para buscar más agua, es necesario que las estés regando a menudo. Para mantener por más tiempo la humedad de la tierra puedes añadir una capa de hojas secas o paja en el fondo de las materas y en la parte superior del sustrato, sin que este material vegetal toque el tallo de la planta que sembraste (para evitar hongos).


  • Usa materiales reciclados. Puedes hacer tu huerto con botellas de plástico, cajas de madera, llantas viejas, empaques de alimentos, entre otros, entre menos uses mejor será para el medio ambiente y para tu bolsillo. En casa reutilizamos botellas, bandejas de champiñones, empaques plásticos de uva que nos regalan nuestros familiares. También reutilizamos guadua vieja y mucha madera reciclada. No te imaginas la cantidad de dinero que hemos ahorrado.


  • Rota tus cultivos. Se recomienda no plantar la misma especie dos veces consecutivas en el mismo recipiente, pues puede que el anterior haya agotado ciertos nutrientes de la tierra. Además, si no los rotas es más probable que a tu cultivo le den plagas. Si es posible, alternar entre cultivos entre exigentes y otros que no lo sean tanto.

     

 

Ahora sí, ¡manos a la tierra!, es hora de experimentar. Nunca olvides que en la agricultura no existen reglas generales, ¡todo debe adaptarse a tu tiempo, tu espacio y tus necesidades!. 


No somos expertos en el tema, pero tenemos experiencia con estas cuestiones y muchos casos de éxitos y otros más de pérdida (o aprendizaje). Cada planta muerta o cultivo que no logramos cosechar debe ser una enseñanza más sobre lo que debemos y no debemos hacer con las plantas. ¡No tengas miedo de empezar! 


Por cierto, te invitamos a conocer el Instagram de nuestro hogar: Finca Bola Roja, donde llevamos un proyecto de agricultura regenerativa en los Andes Colombianos. Sembramos para comer, para vender y para un futuro mejor. En este momento estamos sembrando 300 árboles nativos nuevos para que más especies se puedan beneficiar de sus servicios. 

 


Y, como te dijimos, no siempre ganamos, pero siempre aprendemos.

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